1. Analiza tu capacidad de endeudamiento: Antes de comprometerte con una hipoteca, evalúa cuánto puedes permitirte pagar mensualmente sin comprometer tu estabilidad financiera, se recomienda que el gasto en vivienda sea entre 1/4 a 1/3 de tus ingresos familiares mensuales.
2. Considera costos adicionales: Aparte del precio de compra, ten en cuenta los gastos asociados, como impuestos, seguros y posibles reparaciones. Estos pueden influir significativamente en tu presupuesto a lo largo del tiempo.
3. Anticipa cambios en tus ingresos: Evalúa la estabilidad de tus ingresos futuros. Considera posibles cambios en tu situación laboral y cómo afectarían tu capacidad para cubrir los pagos mensuales.

Considera que gracias a la portabilidad financiera puedes renegociar tú crédito hipotecario y mejorar tú tasa en el tiempo. Aunque no hay que olvidar que deberás incurrir en nuevos gastos operacionales que debes consultar con la entidad financiera.

Al tomar estas precauciones y evaluar cuidadosamente cada aspecto desde el punto de vista del presupuesto familiar, estarás mejor preparado para tomar una decisión informada y asegurar una compra inmobiliaria que se alinee con tus metas financieras a largo plazo.